sábado, 11 de enero de 2014

Casa museo de Freud en Londres

Hace unas semanas, Amanda definía el nuevo enfoque del blog como Londres y psicología :)
Pues bien. Esta entrada es la conjunción de estas dos cosas. Hoy he ido al museo de Freud. 

Freud, su mujer y su hija Anna se mudan a Londres huyendo del movimiento nazi en 1938. Su nueva casa estaba en el número 20 de la calle Maresfield Gardens en Hampstead, hoy convertida en museo en honor al trabajo de Sigmund y Anna Freud.

Una de las cosas que más impresionan es la cantidad de antiguedades que hay en ella. La afición de Freud por las antiguedades de Roma, Grecia, Egipto y Oriente es quizás menos conocida, pero conservaba en su casa una extensa colección de objetos que compraba y que le regalaban. Gracias a la influencia que pudo mantener en Austria antes de su exilio, consiguió que todas sus posesiones fueran trasladadas a su nuevo hogar.
Entre sus posesiones se encuentran desde máscaras chinas y egipcias hasta el grabado que Dalí le regalaría tras su visita

"Mis viejos y sucios dioses colaboran en mi trabajo como pisapapeles".
Acostados en el diván, sus pacientes se veían rodeados de 3.000 estatuillas, jarrones, escarabajos, anillos y otros objetos de la antigua Roma, de Grecia y Egipto, así como de algunas piezas chinas, indias y precolombinas. La sala de consultas, que parecía un caprichoso museo de provincia, contrastaba con el estilo conservador burgués de los demás aposentos del apartamento de Viena donde Freud vivió y trabajó durante 40 años. Según el psicólogo Bruno Bettelheim, este constraste reflejaba lo excepcional que era Freud como descubridor del subconsciente y lo trivial que era en su vida familiar. Fuente: El País, 1999.

Y está, por supuesto, el famoso diván de Freud. Al trasladarse a Londres, Freud trató de reconstruir su estudio tal y como estaba en Viena. Colocó su diván, con la butaca colocada de forma que el paciente quedaba a su izquierda, ya que, debido a las operaciones de mandíbula, se había quedado sin parte de la audición del oído derecho. Freud no tomaba notas mientras llevaba a cabo las sesión, decía que esto distraía al analista. Llegó a ver a unos 10 pacientes diarios cuando empezó, pero en Londres, ya mayor y enfermo, limitó el número a cuatro pacientes. Sobre el diván, el cuadro de Lección clínica de Salpêtrière al servicio del profesor Charcot, pintura de André Broulliet. Aunque Freud no aparece en la imagen, sí conocía a la mayor parte de quienes aparecían en ella. Había trabajado con ellos.

Casa museo de Freud. El estudio




Para más información sobre el museo:


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