domingo, 7 de septiembre de 2008

Cómo quitarte a ese hombre de la cabeza sin cortarte el pelo

Así que el canalla te dejó. Te abandonó, se ha ido. Es historia.
Te sientes mal. Muy mal.
Quieres saber: ¿Puedo hacer algo para sentirme mejor? Cualquier cosa que no agregue diez centímetros a mis caderas y que no me ponga inconsciente.
La respuesta es sí. He aquí una serie de pautas a seguir:

Consejo número 1: Di: “¡Debí haberme casado con Pepe!”
Llamémosle Pepe o X. Pepe es el hombre amable, considerado, cortés y puntual al que le encantaba celebrar los aniversarios. Es ese hombre amable con nuestros amigos, que regala flores y enviaba cartas de amor. Pepe es simpático y atento. Es una persona de la que echamos de menos sus atenciones pero que cuando estás con él, tiendes a concentrarte en otras cosas y olvidar casi cualquier cosa que dice.
Pepe, a fin de cuentas, es el hombre al que dejaremos aparcado en cuanto conocemos a un capullo en una discoteca.
Supongo que quien más y quien menos ha tenido un Pepe en su vida. De modo, que, como primer paso repite “Debí haberme casado con.....”
Ahora que tienes el consuelo de saber que alguien que estuvo muy enamorado de ti quiso casarse contigo, puedes pensar en la forma de reponerte del capullo que no quiso.

Consejo número 2: Deshazte de todo lo que te lo traiga a la memoria
Mete todas sus cosas en una caja. Reúne todo lo que te recuerde a él. Las cartas, las notitas, la televisión portátil que le regalaste, el peluche que te compró por tu cumpleaños, las fotos, las entradas del cine que guardas...
Mete todo esto en la caja –excepto la televisión si todavía funcional- y resérvala. La necesitarás para el siguiente paso.

Consejo número 3: Sufre
Pasa las siguientes 24 horas sumida en tu sufrimiento y autocompasión. Sumérgete en sus recuerdos.
Toca todos los cds y dvds que te recuerden a él.
Prepara su bebida favorita y bebe, evocando la última vez que os emborrachasteis juntos.
Examina todas y cada una de las cosas que metiste en la caja. Lee todas las cartas, tarjetas, notitas o sms, huele la camiseta que aún te parece a ti que huele a él...
Catorce o quince horas después, empezarás a sentirte inquieta y te preguntarás si ese tipejo merece tanto sufrimiento tuyo.
Si consideras que sí lo merece, entonces llora otra hora y 45 minutos.
Vas a considerar la idea del suicidio, pero luego recordarás que aún no has estrenado esos zapatos de taconazo impresionante que reservabas para un acontecimiento especial, de modo que todavía tienes algo por qué vivir.
Al final de las 24 horas, te habrás quedado dormida, aburrida.

Consejo número 4: Modifica tu comportamiento
Es lo que los psicólogos llaman “modificación de conducta”. Consiste en lo siguiente: busca algo realmente desagradable...Puede ser escuchar una canción de el Chivi o depilarte las ingles a pinza..
Una vez hecho esto, el resto es realmente sencillo. Cada vez que pienses en él, cada vez que lo recuerdes, corre a efectuar el castigo escogido. (Como recomendación, algo como la canción resulta mucho más sencillo y menos escandaloso cuando se va por la calle que la depilación de las ingles...)
Si te castigas de esta manera, dejarás de pensar en él antes de que termines el disco “De cantautor a pornoautor”.

Consejo número 5: Aprende a hacer frente al cuarteto VICE
El cuarteto VICE es el término que han inventado las expertas para cubrir los cuatro elementos básicos del corazón decepcionado: venganza, ira, celos y envidia.
Venganza: La venganza es la más sana de esas sensaciones y debe fomentarse siempre. Dedica mucho tiempo a planearla. Aunque nunca llegues a consumarla, resulta muy satisfactorio imaginar que lo haces.
Ira: La ira es una emoción difícil de controlar, tanto que los profesionales de la salud mental viven de ello...Emil Lohutten decía “si a mis pacientes no les costara tanto trabajo controlar su ira, yo no podría comprarme un BMW...”
Celos: Los celos son la emoción a la que más acostumbradas estamos. Desde nuestro nacimiento se nos enseña a tener celos de nuestras prójimas. Desde la primera vez que intentamos asfixiar a nuestra hermanita, hasta hace cinco minutos, cuando pensamos seriamente en ponerle una zancadilla a la rubia delgada que hacía cola delante de nosotras en el mercadona...
Envidia: Este es el sentimiento que más tratamos de negar. Nos decimos que no envidiamos la vida de los demás, que estamos por encima de eso...
Esto, por supuesto, es una gran mentira. Deberíamos aprender a expresar la manera en que realmente somos, emulando a la heroína más legendaria del mundo, que dijo “Rhett, todo el mundo se pondrá verde de envidia cuando vea nuestra casa...Quiero que todos los que me han tratado mal, se sientan mal”.
¡De acuerdo, señorita Scarlett!


Adaptado de "Mujeres en busca del amor"

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