martes, 18 de diciembre de 2007

¿Una propinilla....?

La propina (del latín propinare, "Dar de beber") es una recompensa generalmente económica que se otorga como agradecimiento por un buen servicio y por el producto consumido.

Las propinas son un suplemento de precio que se paga por un servicio recibido y que teóricamente no viene incluido, en su totalidad, en el precio. En muchos países viene incluido en la factura un apartado que oscila entre un 5 y un 20% llamado “tips” (propinas) y que ha de ser abonado obligatoriamente.

En España las propinas forman parte de la cultura social y surgieron su auge con el inicio del crecimiento hotelero en el país. Los sueldos, eran bajos para poder ofrecer vacaciones baratas, muy baratas y la solidaridad (y compadecimiento) de los turistas extranjeros era tal que los empleados llegaban a cobrar más de “bote” que de sueldo. Los empresarios se aprovechaban de sus trabajadores y ya les decian al contratarlos que iban a cobrar muchas propinas para convencerlos y pagarles poco. Una táctica muy ruin.
A día de hoy los sueldos en casi todos los sectores laborales se han equiparado a la realidad y las propinas han disminuido exageradamente y ya muchos se hacen la pregunta del millón.¿Tenemos que dejar propina?¿Por qué?
En muchos países la propina va incluída ya en la factura del restaurante o cafetería, haciendo el pago de ésta obligatorio; como pago del servicio de los camareros. Pero, ¿no es por eso precisamente por lo que les paga la empresa? Además, en muchos otros establecimientos no dejamos propina...¿o alguien le deja unos eurillos a la dependienta de la zapatería que te ha acompañado mientras te probabas los 50 pares de botas? Eso es mucho más pesado...o alguien le da una propinilla al conserje que recoge la basura? Eso es mucho más "recompensable"...Y ya no es cuestión de enjuiciar el valor que tiene el servicio que prestan, ni entrar en si ganan proporcional al trabajo que hacen...se trata de que hay multitud de trabajadores del sector servicios que no ven ni por asomo una propina, ni se plantea siquiera la posibilidad. ¿Qué sentido tiene entonces dar propina a camareros, botones o taxistas? Por una parte, tomarse un café por 2 euros ya es suficientemente caro, ¿además tengo que pagar aparte que la camarera no me haya escupido en él? Y por último, además del sueldo, ¿como profesionales, necesitamos el euro de propina que refuerce nuestro buen hacer en nuestro trabajo?
En resumidas cuentas, la cuestión es, ¿debemos seguir dando propina a alguien a quien se le está pagando por hacer ese trabajo? ¿O es una costumbre que en su momento tuvo sentido pero que ya no lo tiene?

1 comentario:

Merucu dijo...

Yo desde luego sólo dejo propina en hostelería; más que nada porque posiblemente sea de los trabajos cara al público más cansados y peor pagados, y como no, por tradición.

Otra cosa es dejarle per se; algunos más que propina merecen que se les deje un caramelo de cicuta...